Walter Salles, exalumno del USC School of Cinematic Arts, marcó historia este año al dirigir la primera película brasileña nominada a Mejor Película en los Premios Oscar y la primera en ganar el premio a Mejor Película Internacional. Sin embargo, el significado de la película va más allá de los premios, ya que saca a la luz un capítulo oscuro de la historia de Brasil.

En marzo de 1964, un golpe militar en Brasil dio inicio a un período de 21 años marcado por la suspensión de los derechos políticos y legales de ciudadanos y funcionarios gubernamentales. “Aún Estoy Aquí” (2024), estrenada en septiembre en el Festival Internacional de Cine de Venecia, donde fue galardonada con el premio al Mejor Guión, narra la historia verídica de Eunice Paiva y lo que su familia vivió durante la dictadura militar en Brasil. 

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En 1971, en medio del régimen militar, Rubens Paiva, ex-congresista del Partido Laborista Brasileño, fue arrestado en su casa por la policía militar y nunca más se le volvió a ver. Al día siguiente, Eunice y la hija de la pareja, Eliana, de 15 años, también fueron arrestadas. Eliana fue liberada un día después, pero Eunice estuvo en aislamiento durante más de una semana. 

A pesar de pedir información constantemente, el gobierno se negó a reconocer el arresto de Rubens Paiva, dejando a Eunice sola al cuidado de sus cinco hijos. Basada en el libro del mismo nombre de Marcelo Rubens Paiva, “Aún Estoy Aquí” ha sido aclamada por la crítica, especialmente por la manera en que ilumina el sufrimiento silencioso causado por la dictadura.

La película hace un trabajo excepcional al capturar la atmósfera tensa de un entorno tan aterrador pero delicado. A lo largo de la película, el miedo de la familia es palpable, pero también lo es la presión de continuar con sus vidas diarias, casi mundanas. Jade-Sophie Martins Adami, estudiante de segundo año de ingeniería química, quedó impresionada por la capacidad de la película para retratar este período de la historia brasileña con tanta serenidad.

“Muchas veces, en Estados Unidos, cuando se habla de países que han pasado por dictaduras o regímenes militares, se piensa en violencia y represiones evidentes”, Adami dijo en inglés. “Una de las grandes experiencias del régimen en Brasil fue el sufrimiento silencioso de muchas personas que lo vivieron sin siquiera darse cuenta de lo que estaba ocurriendo”.

La actuación sutil es otro de los aspectos que lleva el proyecto al siguiente nivel. Desde los cinco actores jóvenes que interpretan a los hijos de los Paiva en la primera parte de la película, hasta Fernanda Torres, cuya interpretación de Eunice la convirtió en la segunda brasileña nominada a un Oscar en la categoría de Mejor Actriz, las actuaciones hicieron que la película se convirtiera en un reflejo auténtico de uno de los momentos más oscuros de Brasil.

Los reconocimientos hacia “Aún Estoy Aquí” han sido sentidos en toda la comunidad brasileña, tanto en el país como en el extranjero. Los estudiantes brasileños en USC forman parte de este grupo en el extranjero, con el privilegio de sentir orgullo por la película, no solo como brasileños, sino también como troyanos.

“Cuando salieron los resultados estábamos muy emocionados. Significó mucho porque Brasil aún no había ganado un Oscar, pero su industria cinematográfica y televisiva es enorme”, Adami dijo. “Las películas brasileñas, especialmente con las novelas siendo tan populares en Brasil, ya tienen una gran calidad técnica. Simplemente aún no están en el mercado global”.

Antonio Coelho, estudiante de tercer año de estudios de jazz y antropología, es fanático del cine y actualmente está solicitando admisión al programa de cine de SCA. Coelho quedó fascinado con “Aún Estoy Aquí”. Tras dos meses de espera durante el semestre de otoño, vió la película con sus amigos. Ahora, espera que el éxito de la película impacte la industria cinematográfica brasileña.

“Fue increíble”, Coelho dijo en inglés. “Es la charla del momento … Las cosas van a cambiar con esta película. No solo económicamente, los brasileños van a invertir más dinero en el cine, sino que también la idea de tener una industria cinematográfica en Brasil sin necesidad de enviar nuestros mejores talentos al extranjero”.

A medida que el cine brasileño se posiciona en el escenario mundial, “Aún Estoy Aquí” se consolida como un homenaje al pasado y una señal de lo que está por venir para el país.